El textil se la juega en la venta ‘online’


Los resultados de Inditex son una prueba más de que Internet desequilibra el futuro del negocio

En Ávila no hay tiendas de Zara más allá de un punto de venta de ropa infantil KiddysClass. Quien quiera comprar la moda de la firma gallega en esa provincia puede hacerlo por Internet, el canal que se ha convertido en la última frontera del sector de la moda. Acertar o fracasar en la transformación digital puede costarle a los grupos cientos o miles de millones de euros. Inditex lo ha vivido: el pasado 23 de febrero perdió en Bolsa 5.900 millones de capitalización en un solo día. A esa caída se le dieron dos explicaciones: la fortaleza del euro, que hizo que sus cuentas no fuesen todo lo buenas que esperaba el mercado y un otoño cálido que deprimió la distribución de ropa de abrigo en el último trimestre. Hay una tercera derivada, a juzgar por cómo se empleó la empresa en despejar las dudas sobre la fortaleza de su negocio onlinedurante la presentación de resultados unos días después. El presidente, Pablo Isla, sorprendió a la prensa dando por primera vez datos del canal digital, que supone el 10% de la facturación del grupo, 2.534 millones. Lo más llamativo fue que remarcó que "la venta online no diluye en beneficio de ninguna manera" y que no hay impacto ni penalización en los márgenes.