La industria textil y la hostelería apuntalan la creación de empleo


En un entorno donde la educación superior presume de haberse democratizado, el mercado del empleo parece ir en otra dirección. Si se atiende a las diez principales ocupaciones contratadas en las comarcas de A Coruña y Betanzos, el principal volumen de salidas laborales sigue ligado a actividades ajenas a titulaciones. Un estudio de la Cámara de Comercio refleja que, una vez más, el sector textil generado en torno al universo Inditex y la hostelería continúan siendo los principales nichos de empleo.

En un mes como el pasado enero, las tareas para las que más contrataciones se formalizaron fueron las de camarero en el caso de los varones y peón de industria manufacturera entre las mujeres, puesto que también fue de alta demanda en el ámbito masculino, seguido por descargadores y peones del transporte de mercancías, monitores de entretenimiento y vendedores. Esta última actividad, la de dependienta, es la segunda que más puestos femeninos generó, por delante de camareras, personal de limpieza y monitoras de ocio.

 

Menos paro en los titulados

«No es que solo haya este tipo de trabajos, pero sí es verdad que la bolsa disponible es mayor cuanto menor es la formación: por un licenciado en paro hay 30 camareros», explica Ana Agras, subdirectora de la Cámara. El informe del 2017 confirma que el mayor porcentaje de parados se da entre quienes no alcanzan estudios secundarios (66,07 %), mientras que en el área coruñesa solo el 14,06 % de los desempleados eran universitarios.

Sin negar que la titulación amplía oportunidades laborales, Pablo García Pita, responsable de formación de la institución, constata que parte de esa demanda no cualificada la copan perfiles superiores: «Hay muchas tituladas que son dependientas», resume. La sobreformación, desajustada con las peticiones patronales, explica fenómenos como la fuga de cerebros al extranjero, que, a su juicio «va remitiendo».

De una u otra forma, la noticia positiva es que los datos de enero, con más contrataciones que un año antes, reflejan la tendencia de que «el paro está descendiendo, aunque no con la celeridad esperada», valora García Pita, que advierte que parte de la bajada hay que atribuirla a la disminución de la población activa por el paso a la jubilación.

En este escenario «los jóvenes y las mujeres siguen siendo los colectivos más vulnerables», apunta. Según los informes anuales de la entidad cameral, el año pasado apenas el 30 % de los contratados en la comarca coruñesa tenían menos de 30 años y de ellos casi el 90 % lo fueron para puestos temporales y a tiempo parcial. Y eso pese a que, frente a lo que sucedía hace un lustro, el paro desciende con mayor intensidad entre los menores de 30 que entre los de 30 a 64 años (-29,03 % frente a -17,66 %).