Asociaciones y profesionales del sector exigen medidas para luchar contra este tipo de delitos y conciencien a la población del negativo impacto económico que ello tiene sobre la economía, ya que se dejan de facturar legalmente unos 4.500 millones de euros al año y destruyen más de 50.000 puestos de trabajo anualmente, solo en España.
Entre los diversos talleres, mesas redondas, charlas y debates realizados estos días en los salones MadridJoya, Bistuex e Intergift (Madrid, del 31 de enero al 4 de febrero) Moda España ha organizado este viernes la ponencia "El impacto económico y social de las falsificacines en la moda", a cargo de José Antonio Moreno Campos (Andema), Modesto Lomba (Acme), Neil Fernández (Regalo Fama), Félix Bellido (Asefma y Moda España) y Angel Asensio (Fedecon y Moda España), moderada por Pilar Riaño (Modaes).
Todo "un fenómeno criminal mundial" que se estima supone unos 338.000 millones en todo el mundo, estima Moreno Campos.
Y es que, según los datos que maneja Andema, en Europa, se estima que las falsificaciones representan el 5% de todas nuestras importanciones (sin contar las que se producen en los países miembro y que se quedan aquí o se exportan a otros países extracomunitarios). Siempre según los datos de Andema, estas falsificaciones suponen que cada año se dejen de vender legalmente casi 30.000 millones de euros en Europa en calzado, prendas de vestir, maletas, bolsos, relojería y artículos de joyería, destruyendo más de 380.000 puestos de trabajo al año. En España, según Andema, esto representaría la pérdida de unas ventas anuales de unos 4.500 millones de euros y la destrucción de más de 50.000 puestos de trabajo.
"Es un negocio detrás del cual hay un gran lucro y está muy profesionalizado por el crimen organizado", denuncia Moreno Campos, que llega a nuestras calles y consumidores a través del top manta, mercadillos ambulantes, páginas web, plataformas ecomerce, redes sociales. De hecho, alerta el portavoz de Andema, "si buscamos en Google dónde comprar falsificaciones de moda aparecen más de 600.000 registros".
En cuanto al origen, señala, más del 85% de las falsificaciones proceden e China y de los países asiáticos, pero también de Turquía o Marruecos, entre otros. Aunque no hay que olvidar, apostilla Bellido, que muchas falsificaciones europeas se realizan también en España e Italia.
Por tipo de productos, los más falsificados son, en este orden, el calzado deportivo, la ropa y el calzado no deportivo. Según los datos ofrecidos por Andema, los consumidores demandan este tipo de productos en el siguiente orden: prendas de vestir, cosmética, marroquinería, artículos de deporte, calzado, bisutería y complementos.
Los ponentes alertan también sobre la distribución de este tipo de falsificaciones, que se realizan no solo en canales que el propio consumidor puede identificar fácilmente como ilegales, como el top manta o mercadillos, sino también en plataformas ecomerce como las de Alibaba.
En opinión de los ponentes, se debería transmitir a la administración qu este tipo de productos no cumplen las normativas de seguridad y sanidad que se exige a los productos legales y auténticos, alertando sobre los efectos que ello tiene sobre los consumidores que, además, quedan desprotegidos al no tener a quien reclamar cuando se produce cualquier tipo de incidencia en esta línea, como señala Modesto Lomba.
Y si bien hay que concienciar a los consumidores de los efectos que tiene este negocio fraudulento, no hay que dejar de pedirles también responsabilidades al respecto, ya que en la mayoría de los casos son conocedores de que están adquiriendo productos ilegales, por lo que deberían ser sancionados. Eso sí, en menor medida que sus productores y distribuidores, que deberían responsabilizarse incluso con la pérdida de su patrimonio, coinciden en valorar los ponentes.
Luchar contra el negocio (ilegal) de las falsificaciones es sin duda un proceso muy complejo, en el que empresas, organizaciones, asociaciones y patronales se topan con problemas administrativos, policiales, judiciales... Por eso, explica Bellido, más que identificar las falsificaciones, "Moda España ha lanzado la etiqueta Made in Spain, que identifica los productos que se fabrican en nuestro país, de forma legal y que contribuyen a generar economía y empleo en España".
Una campaña que debería ir acompañada, en opinión de los ponentes, de otras impulsadas desde el Gobierno siguiendo la estela que han tenido otras como las promovidas contra el alcohol, la velocidad en la carretera o las drogas. Todas ellas apuestan por una vertiente educativa, divulgativa y cultural, pero acompañadas de sanciones importantes para los infractores.
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