La Fundación Catedral de Santiago y la Fundación Real Fábrica de Tapices presentaron ayer en la sede de la segunda, en Madrid, un convenio de colaboración suscrito recientemente con el objetivo de investigar, conservar y difundir la valiosa colección textil del templo compostelano. Esa colección incluye importantes tejidos medievales, piezas singulares como el Gallardete de la Batalla de Lepanto, una gran colección de vestiduras litúrgicas y, lo que es más relevante, la que está considerada como una de las mejores colecciones de tapices de España, formada por más de 100 piezas.
Se trata de una colección cuyos orígenes datan de finales del siglo XVI, en concreto, a partir de adquisiciones realizadas por el Cabildo y de donaciones entre las que sobresalen las realizadas por Alonso III de Fonseca o por el Magistral Bernardino Carmona, en 1561. Aunque estas obras se perdieron en el incendio que la Catedral sufrió en 1751, de ahí que la mayor parte de los tapices que se conservan en la actualidad proceden de una donación de Pedro Acuña en 1814, entre los que destacan una docena realizados a partir de cartones de Goya. Además del convenio, ayer se presentó el libro Los tesoros de la Catedral de Santiago.
La Fundación Catedral de Santiago y la Fundación Real Fábrica de Tapices presentaron ayer en la sede de la segunda, en Madrid, un convenio de colaboración suscrito recientemente con el objetivo de investigar, conservar y difundir la valiosa colección textil del templo compostelano. Esa colección incluye importantes tejidos medievales, piezas singulares como el Gallardete de la Batalla de Lepanto, una gran colección de vestiduras litúrgicas y, lo que es más relevante, la que está considerada como una de las mejores colecciones de tapices de España, formada por más de 100 piezas.
Se trata de una colección cuyos orígenes datan de finales del siglo XVI, en concreto, a partir de adquisiciones realizadas por el Cabildo y de donaciones entre las que sobresalen las realizadas por Alonso III de Fonseca o por el Magistral Bernardino Carmona, en 1561. Aunque estas obras se perdieron en el incendio que la Catedral sufrió en 1751, de ahí que la mayor parte de los tapices que se conservan en la actualidad proceden de una donación de Pedro Acuña en 1814, entre los que destacan una docena realizados a partir de cartones de Goya. Además del convenio, ayer se presentó el libro Los tesoros de la Catedral de Santiago.
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