PILAR CARRERA. Así empezó todo


Una foto de la tricotosa con la que empezó todo cuelga hoy enmarcada en una de las paredes del cuidado showroom de Pili Carrera. La firma de moda infantil que se ha convertido en un auténtico imperio textil tiene su sede en Mos, a menos de un cuarto de hora en coche de Vigo. “La empresa nace de la necesidad”, explica Salomé Carrera, directora general de la compañía e hija de la fundadora. “En casa no había dinero para comprar ropa a un futuro bebé, solo entraba el sueldo de contable de mi padre. Entonces un familiar le prestó una tricotosa a mi madre”, cuenta. La primera en lucir los diseños de Pili Carrera fue ella misma. Cuando era apenas un bebé y la sacaban de paseo, la gente alababa el buen gusto para vestir a la niña con aquella chaquetita, a lo que la progenitora respondía: “¿Quieres una? ¡Que te la hago!”.

De aquello hace ya 54 años y hoy la marca Pili Carrera se asocia con elegancia, máxima calidad e incluso con la realeza, ya que cuenta entre sus pequeños clientes con los aspirantes al trono de Holanda, de España e incluso del lejano Bután. Los últimos en vestir un pili carrera han sido los nietos de Trump durante la toma de posesión de su abuelo. La firma cuenta con 26 tiendas en España y más de una docena en el extranjero.

Con 75 años, Pili Carrera, doña Pilar, La Jefa, ha cedido el negocio a su hija, pero su presencia es constante en una fábrica con una media de producción diaria de 1.000 prendas y 110 empleados. La Jefa avanza serena entre las máquinas de coser del taller y conoce el nombre de cada costurera; se detiene para comprobar que una trabajadora está enseñando el oficio de la forma adecuada a una aprendiz. “Aquí hay gente con mucho nivel”, dice satisfecha de su plantilla.

UNA FÁBRICA CON UNA MEDIA DE PRODUCCIÓN DIARIA DE 1.000 PRENDAS Y 110 EMPLEADOS

Doña Pilar y su hija transmiten al hablar la misma delicadeza que define a sus colecciones, que van desde la talla cero del recién nacido hasta una 16, equivalente a niñas de 12 años. Nunca falta el amarillo, “un color que es marca de la casa”, explica Salomé. “No es solo bonito, es también alegre y pura vida”, añade.

El día de la sesión de fotos se suma al equipo el hombre que dio el apellido a la marca —doña Pilar consideró en 1963 que Pili Rodríguez no tenía peso y adoptó el Carrera de su marido—. Como no podía ser de otra forma, Bienvenido Carrera luce camisa amarilla. Con 86 años, el esposo de doña Pilar hace gala de un particular humor gallego y resiste estoico más fotos de las que probablemente le hayan hecho nunca a un tiempo. “¿Miro a cámara o miro al valle?”, pregunta divertido.